
-Dáme unha esmola que son orfo de pai e nai. Xa teño sesenta e dos anos.
Con esta ladaíña presentábase aquel homiño vestido con roupa de polo menos dúas tallas máis da que lle correspondía e unha pucha calada ata o cello. De ollos xa co veo ambarino das cataratas e as pálpebras coas pestanas lagañosas, cos dentes gastados case ata o raíz de rillar codias de pan e fame e as comisuras da boca babuxentas de cuspe branco de lembranzas de xa afastadas larpeiradas.
Dicía que gañara un premio nun concurso de imitación de guitarras coa boca, que organizara a Falanxe, e antes de que te deses conta, collía unha cana que sempre levaba con el e botábase a cantar facendo un acompañamento cun tra lara lará, tra lara laraina, co que quería simular unha guitarra. Cantaba sempre a mesma cántiga a xeito de romance antigo do que repetía como nun disco estragado:
Pase, pase, caballero por una noche o dos.
Mi marido fue a cazar
A los montes de León.
Pase, pase caballero por una noche o dos.
Para estar mas seguritos
Le echamos la maldición.
E cambiaba para seguir a ritmo máis rápido e alegre:
Y los clientes le quieren decir:
Que manos tiene doña Coliflor
la pone tiesa no gasta almidón.
Tra lara lará, tra lara laraina.
E a modo de retrouso, volta a empezar:
Y los clientes le quieren decir:
Que manos tiene doña Coliflor
la pone tiesa no gasta almidón.
Tra lara lará, tra lara laraina.
Ao final, acababas dándolle a esmola para que se fose e te deixara en paz. Pero o caso era que o raio da música érache moi pegadiza e quédache na cabeza como unha teima e, sen querelo, dábache voltas no maxín e non facías máis que cantaruxar para ti o raio do
Que manos tiene doña Coliflor
la pone tiesa no gasta almidón.
O certo e saliéntante é que o Romance existiu e foi recuperado polo investigador do CSIC, Joaquín Diaz , que agora habita na cidade murada de Urueña (Valladolid) e dirixe o mais importante museo de instrumentos musicais antigos. Esta pequena cidade, que conserva súa estrutura do medievo, foi nomeada “Cidade da Cultura”. Hai unha versión do romance recitado por Joaquín Diaz acompañandose dunha guitarra española.
Romance sefardita de la Catalina
Estaba la Catalina
sentadita en su balcón.
Pasó por allí un soldado
de buena o mala intención.
- Buenas tardes, Catalina,
con usted durmiera yo.
- Suba, suba el caballero
dormirá una noche o dos.
- ¿Y si su marido viene
y nos pilla de traición?
- Mi marido no está en casa,
que mi marido marchó.
Mi marido fue a cazar
a los montes de Aragón,
y ahora para que no vuelva
le echaré la maldición.
Cuervos le saquen los ojos
y águilas el corazón.
Los perros de mi ganado
le traigan en procesión.
Aún no había dicho esto
y él a la puerta picó.
Ábreme la puerta, luna,
ábreme la puerta, sol,
que te traigo un conejito
de los montes de Aragón.
Bajaba por la escalera
mudadita de color.
- Tú estás turbada del vino
o tú tienes nuevo amor.
- Ni estoy turbada del vino
ni yo tengo nuevo amor.
Que reñí con los criados
con mucha de la razón,
que me perdieron las llaves
del más alto corredor.
- Si las perdieron de plata
de oro te las daré yo;
que tengo un hermano en Francia
que las haría mejor.
¿De quién es aquel caballo
que en mi cuadra relinchó?
Tuyo es, marido mío,
que mi padre te lo dio.
- Dios se lo pague a tu padre
que caballos tenía yo
y cuando no los tenía,
él no me los daba, no.
¿De quién es aquella capa
que en mi percha se colgó?
- Tuya es, marido mío,
que mi padre te la dio.
- Dios se lo pague a tu padre,
que capas tenía yo,
y cuando no las tenía,
él no me las daba, no.
- ¿Y qué es lo que hace un momento
en mi cama resonó?
- Es mi hermano, el pequeñín,
que conmigo se acostó,
y que ha venido a llamarte
pa las bodas del mayor.
- Mientes, mientes, Catalina,
de las bodas vengo yo.
Mátame, marido mío,
la culpa la tengo yo.
Matar, no te mataría;
matar que te mate Dios.
Pero que tu padre tenga
noticia de tu traición.
La agarrara por la mano
y a su casa la llevó.
- Tenga, padre, esta su hija,
que la tuna me engaño.
Si la tié mal enseñada,
enséñela usted mejor.
Romance sefardita en versión musical de Joaquín Díaz.